Sesión de medicina energética chamánica

          Desde mi perspectiva, la medicina energética chamánica, es una forma de acompañamiento basado en prácticas de la tradición andina, sabiduría ancestral de los queridos chamanes Q'eros, transmitidas por generaciones, que han llegado en el occidente a través de la escuela de medicina energética The Four Whinds Society y Los Cuatro Caminos, dirigidos por Alberto Villoldo y Marcela Lobos. Hechas para acompañarnos en nuestros procesos de reconexión, desarrollo personal, sanación, en esos momentos de la vida que no tenemos claro quienes somos y porque estamos... o nos encontramos con muchas dudas, sin respuestas, o no nos sentimos bien del todo y necesitamos otra perspectiva. Son prácticas estudiadas e incluso avaladas por la neurociencia, psicología y física cuántica. 

No es ningún secreto, ya que hoy en día la salud, y la vida en general, se mira desde una perspectiva holística (integrativa), y que ninguna área de nuestra vida, no es una cosa separada, sino partes de un entero. Pues desde esta perspectiva, los chamanes saben y afirman la existencia de cuatro campos que forman nuestras estructuras: el campo físico, el campo mental, el campo emocional y el campo electromagnético o CEL (campo energético luminoso o aura). Ellos sabían que todos los campos son interconectados y el desequilibrio de uno de ellos puede desequilibrar todo el sistema.  Con las herramientas que utilizamos en las sesiones, buscamos(rastreamos) la parte afectada en el campo energético, eliminamos(limpiamos) la energía densa que supuestamente se ha instalado, e informamos al CEL de nueva energía instalada, la luminosa que siempre hemos sido.

Este proceso, prácticamente nos recuerda quienes somos, eliminando las creencias de quienes NO somos, impuestas o formadas, por las culturas, educación, comunidad, propias, vivencias, etc. 

¿Cómo transcurre una sesión?

El protegido llega a la consulta (o se contacta online).

En la primera parte se establece el contacto, la conexión, y si es necesario se recurre a un momento de meditación, para establecer un espacio seguro y relajado.

Hay un tiempo de preguntas o directamente el relato que expone el protegido, su inquietud, dolencia, problema o razón por la cual viene, o simplemente el chamán empieza su rastreo utilizando sus herramientas.

El chamán saca sus conclusiones, y se las expone al protegido, y también le da una explicación de la práctica que le va a hacer. En el caso de que no se tiene conocimiento de lo que es, o cómo se siente la energía, hay una breve explicación de como se puede identificar.

Puede ser una de las siguientes prácticas: desacople, iluminación, corte de cordones o hilos energéticos, extracciones cristalizadas o fluidas de energía densa, recuperación del alma, constelaciones, búsqueda de nuevas visiones y/o animales de poder, son las más frecuentes y comunes. En la mayoría no es necesario por parte del protegido que haga más que estar tumbado en una camilla relajado y centrado en su cuerpo, pero hay algunas intervenciones donde sí es necesaria su participación sentado o de pie.

En todo momento se trabaja el CEL y no la parte física del cuerpo.

Una vez realizada la practica, hay de nuevo un espacio para comentar/revelar cómo se ha vivido la experiencia, y se establecen una serie de pautas, recomendaciones, prácticas o ejercicios (por parte del chamán), para la integración de la nueva información (por parte del protegido).

Los resultados pueden ser instantáneos o pueden tardar un tiempo en verse. Hay muchos factores a tener en cuenta a la hora de trabajar (el nivel del desequilibrio, la dedicación e implicación de cada uno, la genética, lo comprometido que está, etc.)

Se recomiendan unas cuatro sesiones para ver resultados mejores, aunque no hay ninguna receta milagrosa que diga esto funciona o te cura/sana, igual para todo el mundo. El tiempo entre sesiones también es muy personal. Una vez reconocido el CEL, se vuelve necesario cuidar de él, al igual que lo hacemos con los otros campos de los que ya tenemos constancia. 

Cada persona es un mundo, por eso no hay dos casos iguales, utilizando la misma práctica, porque somos energía, somos en continuo movimiento, pero sí, somos completos y perfectos, simplemente hemos olvidado, y a veces necesitamos que se nos recuerde, para poder vivir nuestras vidas de ensueños, en armonía, alegría y amor.

 

En servicio de quien lo necesite/quiera experimentar, con mucho amor,

Agradecida hasta el Infinito y más allá con todo mi ser,

Magdalena